Nunca prometemos lo que no podamos lograr y nunca recurrimos a atajos peligrosos (lo que se llaman técnicas black hat) que pueden ofrecer resultados brillantes hoy y desastres gravísimos mañana: es relativamente fácil pegar un “subidón” a tus rankings atajando al filo del abismo, pero todos los que trabajamos en este campo hemos visto alguna vez una catástrofe derivada de un SEO imprudente, y creelo: cuando Google se enfada, se enfada de verdad y no se le olvida fácilmente…
La mayoría de acciones SEO imprudentes están relacionadas con la generación de enlaces artificiales hacia tu sitio web, sea directos (lo cual además de peligroso es muy detectable) como indirectos (a través de pirámides más o menos complejas de enlaces). La mayoría de las empresas que hacen esto afirman que en su caso es seguro, por ésta o aquella razón. Pero hay una máxima que es difícil soslayar: Google deja muy claro que cualquier enlace no natural es una mala práctica penalizable. ¿De verdad crees que Google, con todos sus medios, no puede detectar esas actuaciones cuando se producen?